"SimDrive", el padre del "Ridge Racer", era un videojuego destinado a llevar una experiencia tan cercana a la realidad como fuera posible con un Mazda MX-5.
Qué tiempos aquellos, en los salones recreativos, cuando podíamos disfrutar de emocionantes partidas arcade con una moneda de 25 pesetas, ¿verdad?